un proceso que es supervisado y aprobado por los organismos medioambientales competentes.
Durante todo el proceso de extracción y transformación del producto, el agua utilizada se recicla y se depura, en circuito cerrado, para evitar el derroche de un recurso tan preciado.
Está publicada en dos partes:
Parte 1: Especificaciones de producto, y Parte 2: Métodos de ensayo.
En su conjunto, esta norma establece las especificaciones que debe cumplir la pizarra natural para tejados en función de los resultados obtenidos tras un cierto número de ensayos de tipo. Mediante dichos ensayos se comprueba una amplia gama de parámetros, pero las tres áreas más críticas son el Ciclo térmico, la Exposición al dióxido de azufre y la Absorción de agua.
La prueba consiste en sumergir repetidamente seis muestras de pizarra en agua y luego secarlas durante un periodo de hasta tres semanas. A continuación, se inspeccionan las muestras en busca de corrosión y los resultados se clasifican de la siguiente manera:
T1: Ningún cambio en el aspecto externo, o una oxidación superficial de los minerales metálicos, con cambios en la coloración que no afecten a la estructura ni formen chorreos de óxido.
T2: Oxidación o cambios en el aspecto externo de las inclusiones metálicas con chorreos de óxido, pero sin cambios estructurales.
T3: Oxidación o cambios en el aspecto externo de los minerales metálicos que penetran en la pizarra y que pueden originar agujeros. aparición de cambios de los minerales metálicos que penetran en la pizarra y corren el riesgo de formar agujeros.
Las muestras de pizarra se colocan en un contenedor sellado herméticamente durante un máximo de tres semanas y se someten a condiciones atmosféricas extremadamente ácidas y húmedas. A continuación, estas muestras se someten a una prueba de raspado mecánico normalizado para medir cualquier reblandecimiento causado por la desintegración química de cualquier contenido de carbonato. Los resultados se muestran como S1 (sin cambios), S2 (la pizarra debe ser labrada al menos un 5% más gruesa) o S3 (las pizarras deben tener al menos 8 mm).
Las pizarras con un contenido de carbonatos superior al 20% no son adecuadas para cubiertas o revestimientos exteriores.
Si la pizarra absorbe menos del 0,6% de su masa en agua, se clasifica como W1, el grado más alto, y no necesita más pruebas.
Si la absorción es superior al 0,6%, se clasifica como W2 y debe someterse a una prueba separada de resistencia a la heladicidad, tras la cual que no debe mostrar una reducción significativa de su resistencia mecánica.
Todas las pizarras de PMG son sometidas anualmente a los ensayos de la Norma 12326-2: 2000 en laboratorios independientes y cumplen con los criterios T1, S1 y W1
Los análisis de ciclo de vida, que permiten evaluar el impacto medioambiental durante todas las etapas de existencia de un producto, confirman que la pizarra natural es la opción más ecológica para cualquier proyecto arquitectónico.
La pizarra satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social, por su positivo efecto en la economía y el empleo y su contribución a frenar la despoblación en las zonas rurales.
Nuestro éxito se basa en la calidad y la rigurosa selección de nuestros productos, certificados en los países más exigentes por sus prestaciones demostradas en todas las condiciones climáticas.
E-mail: info@pizarrasmg.com